16 de enero de 2013

"Stolen Seas", la última película sobre piratería somalí

La piratería ha sido desde hace décadas un buen argumento para la industria del cine. Ahí está, por ejemplo, el reciente anuncio del quinto rodaje de la saga de Piratas del Caribe con, una vez más, Johnny Depp a la cabeza. En los últimos meses hemos sabido de la existencia de una película danesa titulada Secuestro (Kapringen, en su versión original) de la que ya dimos cuenta en este mismo blog el pasado mes de septiembre. Hoy damos a conocer un nuevo largometraje que, en forma de documental y bajo el expresivo título de Stolen Seas, nos adentra una vez más en el secuestro de un buque. Podemos ver el tráiler del film en el siguiente enlace: http://goo.gl/qwILg



Curiosamente, ambas peliculas se basan en la captura por piratas somalíes del mercante CEC Future, de la compañía danesa Clipper. En Kapringen el actor principal tenía un enorme parecido a Per Gullestrup, el ejecutivo de Clipper que negoció con los piratas el rescate del CEC Future. En Stolen Seas, de nuevo, el argumento gira en torno a las negociaciones entre Gullestrup y el negociador por parte de los piratas, de nombre Ali. A ambos podemos verlos en el documental. Stolen Seas ha sido seleccionada para participar en diversos festivales cinematográficos (Río, Varsovia, Mumbai, Estocolmo, Palm Springs) y recibió en 2012 el Boccalino d´oro a la mejor película en el festival de Locarno.

 Imagen de Per Gullestrup, captada del tráiler de Stolen Seas


El secuestro del CEC Future es un perfecto ejemplo de la actuación de los piratas somalíes. Cabe destacar la rapidez del ataque: en apenas tres minutos la lancha avistada en el radar ya se encontraba junto al carguero. A los tres días del secuestro se produce el primer contacto con los propietarios de la empresa, lo que demuestra la necesidad de disponer de un plan de gestión de crisis para el supuesto de que un barco sea secuestrado. El papel jugado por la empresa de seguridad privada contratada por Clipper aparece como fundamental: parece haber tranquilizado a la empresa respecto a la suerte que pudieran correr los secuestrados. En efecto, a los piratas no les interesa que la tripulación sufra ningún daño. Sólo quieren dinero. Además, probablemente, pudo asesorar a la firma propietaria del buque respecto a cómo gestionar la crisis provocada por el secuestro y cómo negociar el pago de un rescate: ofreciendo a los piratas, en primer lugar, una cantidad de dinero muy baja para, posteriormente, llegar a un acuerdo en torno a una cifra que ambas partes consideraran satisfactoria. Según afirman personas que han participado en la gestión de un secuestro, el comportamiento de la naviera, de los familiares de los secuestrados y de la propia tripulación debe ser ejemplar, basado en la serenidad y en evitar a los medios de comunicación con el fin de no dar detalles de la negociación ni informaciones clave a los piratas. De todo ello se habla en el documental Stolen Seas.

Fernando Ibáñez.