Uno de los
primeros trabajos que abordó la piratería marítima más reciente fue el
coordinado por Peter Lehr en 2007 en su imprescindible Violence at sea: Piracy in the age of global terrorism. En esa obra
se apunta a Somalia como el “nuevo paraíso” de los piratas, además de estudiar
con más profundidad otras zonas geográficas hasta entonces habituales, como el
Estrecho de Malaca.
Martin N. Murphy
publicó ese mismo año 2007 Contemporary
piracy and maritime terrorism. En poco más de cien páginas identificaba con
claridad algunas de las cuestiones más significativas en torno al fenómeno de
la piratería marítima: la estrechez de la definición legal internacional del
concepto de piratería, las causas de su aparición, las áreas geográficas más
problemáticas, etc. En ese breve trabajo se proponían dos casos de estudio de
la piratería: uno sobre el sudeste asiático y otro sobre Somalia. Sin embargo,
a pesar del evidente avance que suponía la obra de Martin N. Murphy, la fecha
en que fue publicada, el año 2007, va a impedir al autor recoger en toda su
plenitud la eclosión de la piratería somalí iniciada a partir de 2008. De ahí
que algunos de sus análisis queden desfasados rápidamente, como cuando plantea
que la piratería somalí se desarrolla cerca de la costa. Los piratas somalíes,
gracias a la utilización de barcos previamente secuestrados, podrán, a partir
de 2008, burlar con eficacia la concentración militar internacional en aguas
próximas a Somalia, y desplegar sus ataques incluso a más de mil millas de la
costa. Por otra parte, Murphy yerra cuando expone que la mayoría de los barcos
atacados suelen ser de escaso tamaño, como pesqueros, remolcadores y pequeños
cargueros, y encontrarse atracados en puerto o fondeados en sus proximidades. A
la altura de 2007 era ya evidente que los piratas somalíes atacaban todo tipo
de barcos, siendo los de mayor tamaño (buques cisterna, graneleros, contenedores y
cargueros) los más acosados. Sin embargo, el propio Murphy tendría oportunidad
de corregir algunos de estos errores con la publicación en 2011 de Somalia, the New Barbary?: Piracy
and Islam in the Horn of Africa, donde con la amplitud
que permiten 180 páginas (y casi otras 100 dedicadas sólo a las referencias
bibliográficas) pudo profundizar en aspectos hasta entonces menos tratados: la
situación de Somalia como Estado fallido, la relación entre piratería y pesca
ilegal, los principales grupos piratas somalíes, el crecimiento del Islam
político, la relación entre piratería y terrorismo, las medidas legales o la
respuesta internacional en forma de despliegue naval.
Otro informe de apenas doce páginas
publicado por Rogger Middleton para Chatham House en 2008, bajo el título Piracy in Somalia. Threatening global trade,
feeding local wars tuvo una importante repercusión, dado que se analizaba,
por primera vez, el papel de las compañías de seguridad privada en la lucha
contra la piratería somalí, a través de los contratos firmados por el Gobierno
somalí o las autoridades de Puntlandia con distintas firmas extranjeras. Sin
embargo, también en este aspecto parecía necesario realizar una actualización
del rol jugado por estas empresas debido al enorme auge que ha experimentado su
negocio en los últimos años, gracias a la firma de contratos con el sector
privado y ya no sólo con las autoridades somalíes.
Y esta
actualización del papel de la seguridad privada en la lucha contra la piratería
somalí es, a mi juicio, el mayor mérito del libro de Peter King titulado Maritime Anti-Piracy. The Captain´s
Guidebook. Pero vayamos por partes. Se trata, en primer lugar, de una obra
pensada para los capitanes de buques mercantes que navegan por aguas de alto
riesgo de sufrir un ataque pirata. Por ello, las primeras páginas son un
necesario resumen histórico del fenómeno de la piratería, no sólo somalí sino
también de la que se desarrolla en el Delta del Níger, en el Golfo de Guinea o
en el Sudeste asiático. Este resumen incluye algunos casos reales de secuestros
y robos ocurridos en dichas áreas. Asimismo, parecía necesario (y Peter King
así lo aborda) plantear el contexto reciente en el que ha surgido la piratería
en Somalia y algunas de las medidas implementadas por la comunidad
internacional en forma de distintas misiones militares para luchar contra este
fenómeno. También se explica con profusión de ilustraciones el funcionamiento
de los convoyes establecidos en el pasillo de seguridad del Golfo de Adén. Esta
primera parte de la obra abarca casi 100 páginas.
Sin embargo, a
partir de este momento es cuando, en mi opinión, el libro vale lo que cuesta.
Los consejos ofrecidos en materia de seguridad tanto pasiva como no pasiva
demuestran el bagaje y la experiencia acumulada por Peter King. Además de haber
pertenecido durante casi 20 años al cuerpo de los Royal Marines británicos,
King ha ejercido desde el año 2005 como asesor de seguridad y jefe de equipo en
algunas de las más importantes empresas de seguridad especializadas en el
ámbito marítimo: Control Risks, Neptune Maritime Security, Kroll,
Veritas-International, PVI o Solace Global Maritime. Desde septiembre de 2011
dirige su propia firma: IMAAG (International Maritime Anti-Piracy Advisory
Group).
La información
suministrada por King abarca desde los tipos de concertina que pueden utilizarse, hasta el uso de dispositivos contra granadas lanzadas desde un RPG, la instalación de
vallas eléctricas, de redes, de maniquíes que aparentan estar armados para
confundir a los piratas, de cómo fabricar una zona segura o ciudadela en un
barco, etc. Y, por supuesto, también se trata el despliegue de guardias
armados, la estrategia más exitosa empleada contra los piratas somalíes, dado
que ningún buque que haya embarcado vigilantes armados ha sido secuestrado. Se
analiza, en este amplio apartado de 50 páginas, desde el armamento y la
munición, hasta el protocolo de actuación con el que debe regirse un equipo de
seguridad ante un ataque pirata, así como cuáles son los criterios que habría
que tener en cuenta a la hora de contratar una u otra empresa de seguridad. No
es éste último un asunto menor, como puede imaginarse: conocer el pasado de la
compañía, la formación de su personal, cómo se gestiona el embarque y
desembarque de las armas de fuego, las reglas de enfrentamiento, la relación
entre el jefe de equipo y el capitán o las coberturas que incluyen los seguros
son aspectos fundamentales que King trata con rigor.
El libro contiene
varios apartados de información práctica: desde primeros auxilios hasta la
legislación marítima o cómo debe reportarse un ataque pirata. Incluso incluye
un listado actualizado a fecha de mayo de 2012 con las 188 empresas
especializadas en el ámbito de la seguridad marítima. Un apéndice recoge la
lista de los buques secuestrados por los piratas somalíes entre los años 2008 y
2012.
Publicado en un
formato poco habitual (tamaño folio: 31,5 x 21,5 cms), sus casi 400 páginas
incluyen una gran profusión de imágenes, tanto públicas como privadas,
incluidas algunas del propio autor, que enriquecen enormemente el contenido.
Estamos ante una
obra enciclopédica (en tamaño y contenido) y probablemente definitiva, dedicada a la piratería marítima y
que parece lograr el objetivo que se propone en su título: servir de guía a
cualquier capitán de un buque que deba atravesar aguas en las que los piratas
desarrollen su actividad.
Fernando Ibáñez.