El sector de la seguridad privada
asociada a la protección marítima ha experimentado en los últimos años un
espectacular boom, relacionado, a su vez, con la escalada de incidentes piratas
en aguas de Somalia y del Golfo de Guinea. El informe realizado por el proyecto
Oceans Beyond Piracy de la Fundación One Earth Future estimaba el presupuesto diario de embarcar un vigilante de seguridad en unos 1.100 dólares. Para las
empresas navieras el coste total que habría supuesto la contratación de
equipamientos y guardias para hacer frente a la piratería somalí estaría
situado para el año 2013 en torno a 1.200 millones de
dólares.
Ningún buque que lleve embarcados
guardias armados ha sido secuestrado por piratas somalíes. Desde el año 2013 el
90% de los ataques realizados por los piratas somalíes han sido repelidos gracias
a la presencia de estos vigilantes. Desde mayo de 2012 no se ha producido un
secuestro que derive en el pago de un rescate a los piratas somalíes.
Si ha visto Vd. la película Capitán Phillips, le sonarán las
palabras Maersk Alabama. Corresponden
al nombre de un buque portacontenedores de bandera norteamericana, que fue
secuestrado por piratas somalíes en abril de 2009. La historia de este
secuestro, contada por el propio capitán, Richard Phillips, fue llevada
recientemente a la pantalla por Paul Greengrass y protagonizada por Tom Hanks.
Con posterioridad a dicho secuestro, el Maersk
Alabama sufrió nuevos intentos de asalto, pero la presencia de vigilantes
armados los frustró.
El Maersk Alabama ha vuelto a aparecer en los principales
medios del ámbito marítimo por un incidente muy poco agradable. El pasado 20 de
febrero dos de los vigilantes contratados para proteger el barco habrían
aparecido muertos en su camarote. En un comunicado la firma de seguridad
responsable, la también estadounidense Trident
Group, confirmaba “con gran tristeza” la muerte de los dos contratistas de
seguridad, mientras el mercante se encontraba atracado en Puerto Victoria, en las
islas Seychelles. Las autoridades del archipiélago habrían abierto una
investigación. La compañía afirmaba no conocer la causa de las muertes, pero advertía
que éstas no guardaban relación con el trabajo operativo de los vigilantes. El
comunicado terminaba afirmando que los familiares habían pedido que no se
publicara más información y que se respetase la privacidad de las familias.
Sin embargo, en apenas unas horas
los medios de comunicación, como The NewYork Times, ya informaban de que los dos fallecidos eran antiguos SEALS, es
decir, ex miembros de las fuerzas de operaciones especiales de la Marina
estadounidense. Paradójicamente, efectivos de esta unidad lograron liberar al
capitán Richard Phillips del cautiverio a que fue sometido por los piratas
somalíes, mediante tres disparos que, realizados al mismo tiempo, abatieron a los tres piratas que retenían al capitán.
En la web del Union Tribune de San Diego (California) se informaba el mismo día 20 de los nombres de los dos
fallecidos: Jeffrey Keith Reynolds y Mark Daniel Kennedy, de 44 y 43 años de
edad, respectivamente. El diario recordaba que Reynolds era residente de la
localidad de Fallbrook, en el condado de San Diego. Se había enrolado en la
Marina norteamericana en 1990 y la abandonó en el año 2000 tras recibir dos
medallas por buena conducta. Su propia madre relataba al periodista que su hijo
era “un hombre maravilloso” que había servido mucho tiempo a su país y se
refería al Maersk Alabama como “ese
maldito barco”. Una de sus vecinas
comentaba que Reynolds vivía solo desde su separación, cinco meses atrás.
El portavoz de la policía de
Puerto Victoria, Jean Toussaint, informaba que estaban esperando los resultados
de las autopsias, así como que no había pruebas de traumas físicos sobre los
cuerpos. Asimismo, señalaba que se habían encontrado drogas en el camarote. El
resultado de las autopsias confirmó que ambos murieron por el consumo de heroína y alcohol.
La empresa propietaria del Maersk Alabama tiene su base en Norfolk,
Virginia. A apenas 25
kilómetros al Este, en Virginia Beach, tiene su sede la
firma de seguridad privada Trident Group,
responsable de proteger el barco. Uno de los primeros interrogantes que se
plantearon hacía referencia al protocolo de selección de personal de la
compañía de seguridad. Y si dichas muertes podrían haberse evitado de haber
sido sometidos los dos vigilantes a ciertos controles y pruebas médicas. Un
responsable de Maersk declaró que
estaba trabajando con Trident Group
para que el personal de seguridad desplegado en los barcos de la naviera se
adhiriera a la política de tolerancia cero que la firma tenía respecto al uso
de drogas y alcohol.
Por otra parte, no era la primera
vez que aparecía una noticia negativa relacionada con Trident Group. Aunque son casos aparentemente excepcionales,
existen equipos de seguridad privada cuyas reglas de enfrentamiento no guardan
la prudencia y proporcionalidad deseables.
Un ejemplo pareció producirse el 25 de marzo de 2011 cuando los piratas atacaron el buque de grano Avocet, perteneciente a la naviera norteamericana Eagle Bulk Shipping Inc. El barco estaba protegido también por vigilantes de Trident Group. Las imágenes del ataque fueron grabadas y pueden verse en youtube. Según parece mostrar el vídeo, a pesar de constatar cómo un esquife pirata se dirige hacia el buque a gran velocidad, los guardias no realizaron disparos de advertencia cuando los piratas se encontraban a centenares de metros del barco. Dicha medida suele ser suficiente para que los asaltantes entiendan que deben abandonar la intentona. Sorprende notablemente este hecho, dado que, según se informa desde la propia compañía, era el segundo ataque que sufría el buque en tres días. Parece deducirse por las imágenes que los vigilantes comienzan a disparar excesivamente tarde y cuando los piratas se encuentran a pocos metros del mercante. Y, además, los disparos siguen escuchándose incluso después de que el esquife pirata golpee con el casco del barco.
Desde la propia empresa de seguridad se dijo que se habían producido heridos o muertos entre los piratas. Sin embargo, no se reportó así en el informe que se dio del incidente en los organismos que monitorizan los ataques piratas. Este caso parece confirmar que es previsible que las bajas entre los piratas sean mayores que las que se reportan oficialmente.
© Fernando Ibáñez