El 6 de agosto se ha inaugurado el nuevo canal de Suez, una
obra faraónica (nunca mejor dicho) cuyas implicaciones estratégicas he tenido
ocasión de comentar para Radio Francia Internacional. Cuando se anunció el
proyecto justo ahora hace un año (en agosto de 2014) algunos analistas
mostraban sus dudas respecto a la posibilidad de que el nuevo canal estuviera
construido en el plazo previsto de un año. Pero en efecto se ha llegado a
tiempo.
Hay que tener en cuenta que actualmente Egipto ingresa unos
5.000 millones de dólares anuales gracias al canal. Con la nueva
infraestructura se duplicará el número de buques que pueden pasar cada día
(llegando hasta unos cien mercantes). La previsión del Gobierno egipcio es que
con el nuevo canal para el año 2023 los ingresos superen los 13.000 millones de
dólares por año. Quizás se trate de previsiones muy optimistas, que dependerán
de la evolución del comercio mundial, pero en todo caso da muestras claras de
la importancia de esta obra.
Cabe recordar que el proyecto de expansión del canal ya
fue planteado en 2012 por el anterior presidente egipcio, Mohammed Morsi, ahora
en prisión y condenado a muerte. Sin embargo, parece que hubo disensiones internas,
también dentro del Ejército, ante la posibilidad de que la financiación externa
de su construcción propiciara la propiedad foránea del canal. Esa es una de las
razones por las que el proyecto se ha financiado localmente (aunque es verdad
que empresas de Holanda, Luxemburgo y Kuwait han ayudado a acabar el dragado
del canal a tiempo). Pero, sin duda, se trata de un proyecto nacional con un
fuerte simbolismo y liderado por el Ejército. En realidad, hace décadas que
Egipto no se embarcaba en una obra de estas características. Este proyecto
recuerda a las grandes infraestructuras puestas en marcha por el fundador del
Egipto moderno, el presidente Nasser. Haberlo construido sin financiación
extranjera es, lógicamente, un motivo de orgullo para el Gobierno y el
Ejército. Además, a corto plazo ha permitido crear puestos de trabajo y
promover la industria local, dándole un respiro, al menos temporal, al
Gobierno. El apoyo del pueblo egipcio al proyecto parece indiscutible. Y, por
otra parte, hay que recordar que el presidente egipcio, Al Sisi, llegó al poder
mediante un golpe militar hace dos años y este proyecto le ha servido para
incidir en un discurso nacionalista que le sirve para fortalecer su imagen
interna.
En materia de seguridad, el canal se sitúa cerca de uno de los focos terroristas que
hay en el Norte de la península del Sinaí. Allí opera un grupo yihadista que es
una filial del Estado Islámico. Y también cabe recordar que hace apenas tres
semanas se produjo un ataque contra una patrullera egipcia: los terroristas
lanzaron desde tierra firme un misil contra el buque cuando navegaba a una
milla de la costa, provocando un incendio en el barco. Se trata del primer
ataque naval reivindicado por el Estado Islámico en Egipto, aunque no es el
primero que sufre el ejército. En noviembre, una lancha patrullera también
recibió disparos desde una barca de pescadores cerca del Canal de Suez. En todo
caso, y por la cuenta que le trae al propio Egipto (cuyos ingresos por turismo
y la inversión extranjera han caído notablemente), es fundamental proporcionar
seguridad suficiente al nuevo canal para lograr, al menos, parte de los
ingresos previstos.
El nuevo canal de Suez va a reducir el tiempo que ahora se
necesita para atravesarlo casi a la mitad (de unas 20 horas a 11 horas)
haciéndolo más competitivo si lo comparamos con el canal de Panamá (18 horas).
Asimismo, el nuevo canal junto a otros proyectos como crear una zona franca
junto al mismo, puede afectar a otros países. En particular, podría disminuir
la competitividad de algunos puertos como Dubai, o afectar a las ampliaciones
previstas en Fuyaira (en Emiratos Árabes Unidos) o Salalah (en Omán). Incluso
podría incidir negativamente en los proyectos ferroviarios y portuarios de
Arabia Saudí en Jeddah.
Dejo aquí el enlace que contiene la entrevista que me hizo
Radio Francia Internacional con un amplio análisis sobre este proyecto, ya
hecho realidad: Audio de la entrevista