El 30 de octubre de 2010 un
petrolero de bandera de Malta y de nombre Polar
es secuestrado por piratas somalíes a unas 800 millas del cuerno de
África. A diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, los piratas no conducen
el buque a una base pirata desde la que negociar su rescate. Deciden cambiar su
estrategia habitual, consistente en lanzar ataques desde pesqueros previamente
secuestrados. Esta vez utilizan al petrolero como buque nodriza para aproximarse
a sus víctimas sin levantar sospechas. ¿Quién podía imaginar que aquel
petrolero que se encuentra en nuestras proximidades alberga a piratas? El 26 de
noviembre de 2010 se encuentran junto al Albedo,
un buque portacontenedores malayo. Lanzan el ataque, lo secuestran y lo
conducen a su base.
El 26 de marzo de 2012 el
pesquero Naham 3, de bandera omaní, es
también atacado y secuestrado por piratas somalíes cuando navega a unas 65 millas al Sur de
Seychelles. El barco es atado con cabos de amarre al Albedo. El 2 de agosto el pago de un rescate de algo más de un
millón de dólares permite la liberación de siete de sus tripulantes. Otro será
asesinado durante las negociaciones. El resto permanecen en cautiverio. En
julio de 2013 el Albedo se hunde a unas
cuatro millas de la base pirata de Grisby, al nordeste de Somalia. La falta de
mantenimiento durante sus casi tres años de cautiverio y el mal tiempo en la
zona provocan el hundimiento del portacontenedores. Uno de los piratas confirma
la muerte de cuatro miembros de la tripulación y de siete piratas porque no
tenían botes para salvarlos. El Comandante de la fragata Numancia es nombrado Comandante de la Escena de Acción, con la
responsabilidad de coordinar la búsqueda y rescate en la zona. Efectivos de laArmada española toman esta imagen del Albedo. También
puede verse una imagen del pesquero amarrado al Albedo.
¿Qué fue de la tripulación del
pesquero Naham 3? Ante el hundimiento
del Albedo, algunos de los marineros
del pesquero se tiran al mar para tratar de salvar a los compañeros del
portacontenedores que luchan por no ahogarse. El pesquero arriba a una playa y es
localizado un mes más tarde por un avión de patrulla marítima español, que toma
las siguientes imágenes del mismo. También
se divisan hombres armados en la cubierta del pesquero, pero ni rastro de los
marineros que aún permanecen con vida (tres ya habían muerto durante el
secuestro).
El Naham 3
se acaba hundiendo también y su tripulación llevada a tierra firme. Al parecer,
los secuestrados se encontraban en la región de Galmudug, en concreto, en la
localidad de Amara, que fue protagonista de una lucha el pasado mes de julio
entre fuerzas del gobierno de dicha región y Al Shabab. Es probable que los
secuestrados fueran uno de los motivos por los que los terroristas querían
hacerse con el control de la localidad.
Por fin, este mes de octubre y, tras más de
cuatro años y medio en cautividad, hemos conocido la liberación de estos 26
marineros, provenientes de Camboya, China, Filipinas, Indonesia, Taiwán y
Vietnam. La mediación del Hostage SupportProgramme, una iniciativa de Naciones Unidas dedicada a promover la
liberación y repatriación de marineros secuestrados por piratas, ha sido clave.
Dicho programa está apoyado por diferentes socios: desde el bufete londinense Holman Fenwick Willan hasta la firma Compass Risk Management, especializada
en la gestión de secuestros por parte de piratas tanto en el Este como en el
Oeste de África. También participa, entre otros, la Oficina de Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito (UNODC). De hecho, la participación de Leslie
Edwards, de Compass Risk, ha sido clave durante los últimos 18
meses que ha durado la negociación. Asimismo, cabe destacar el apoyo de las
autoridades somalíes de las regiones de Galmudug y Puntlandia, así como de los
benefactores anónimos que apoyan el programa y sin los cuales no habría podido
pagarse el rescate (entre 1,1 y 1,5 millones de dólares, según las fuentes).
Miembros
de la tripulación del Naham 3, recientemente liberados.
Fuente: United Nations
Information Service Vienna
Asistir a marineros secuestrados y que,
habitualmente, han sido abandonados a su suerte por los propietarios de los
buques para los que trabajaban no es una tarea fácil. La negociación con el
líder pirata suele incluir una oferta económica muy lejana de las peticiones iniciales
de los secuestradores, pero lo suficientemente tentadora como para que pueda
cubrir sus "gastos". Estos suelen incluir no sólo los sueldos de quienes vigilan a los secuestrados sino también el pago a “inversores” que pusieron el capital inicial.
Con todo, los 1672 días de privación de libertad
de los marineros del Naham 3 no
suponen, sin embargo, el récord entre los cautiverios llevados a cabo por los
piratas somalíes. Han quedado en el segundo lugar de esta dramática
clasificación. El pesquero taiwanés Prantalay
12 sufrió un secuestro de 1774 días. De la tripulación original de 24
miembros, seis murieron enfermos y otros 14 fueron puestos en libertad en mayo
de 2011. Los últimos cuatro serían liberados en febrero de 2015 tras pagar unos
150.000 dólares (muy lejos de los 9 millones que pidieron los piratas en un
principio). De no ser por la ayuda recibida desde el Hostage Support Programme, su suerte podría haber sido distinta.
En estos momentos aún permanecen en manos de
piratas somalíes 10 iraníes y dos keniatas. Una mujer keniata, Louis Njoki, fue también liberada el pasado 29 de octubre en una operación llevada a cabo por fuerzas especiales de la región somalí de Galmudug. Durante la operación se produjeron disparos, pero aún se desconoce si hubo bajas.
Sin embargo, desde mayo de 2012 los piratas somalíes no han sido capaces de secuestrar ningún buque mercante que les permita obtener el pago de un rescate. Por lo tanto, todo parece indicar que nos encontramos ante los últimos rescates que podrán obtener los piratas somalíes. La presencia de vigilantes armados a bordo de los buques es hoy una práctica generalizada y ha sido un factor de disuasión clave. Ningún buque protegido con vigilantes de seguridad armados ha sido secuestrado por piratas somalíes.
Sin embargo, desde mayo de 2012 los piratas somalíes no han sido capaces de secuestrar ningún buque mercante que les permita obtener el pago de un rescate. Por lo tanto, todo parece indicar que nos encontramos ante los últimos rescates que podrán obtener los piratas somalíes. La presencia de vigilantes armados a bordo de los buques es hoy una práctica generalizada y ha sido un factor de disuasión clave. Ningún buque protegido con vigilantes de seguridad armados ha sido secuestrado por piratas somalíes.
La operación europea Atalanta, de lucha contra la piratería en el Índico, puesta en
marcha a finales de 2008,
ha sido prorrogada hasta diciembre de 2018. En estos
momentos, tiene desplegadas dos fragatas (una de ellas la española Santa María) y dos aviones de patrulla
marítima P3-Orion (uno español y otro
alemán). Muy lejos del despliegue habitual en los años de mayor auge de la
piratería somalí (entre 2009 y 2012). Entonces, era común la presencia de entre
cinco y diez navíos, un buque auxiliar y tres aviones de patrulla marítima. La
OTAN también viene luchando contra la piratería desde 2008. Pero ha decidido dar
por terminada su actual misión, denominada Escudo
Oceánico, en diciembre de este año.
Fernando Ibáñez.