28 de febrero de 2012

Factores explicativos de la piratería somalí.


El enfoque para determinar los factores explicativos que han dado lugar a la eclosión de la piratería somalí en estos últimos años debe ser multicausal. En primer lugar, parte del reconocimiento de la existencia de un elemento geoestratégico favorable que se potencia al combinarse con otro de índole tecnológica. Por la franja que representa el Golfo de Adén y el estrecho de Bab el Mandeb navegan más de 20.000 buques cada año. El 90% del comercio internacional circula por mar. Además, el desarrollo tecnológico permite que muchos de esos barcos puedan navegar con tripulaciones muy limitadas, lo que reduce notoriamente los gastos de la industria naviera. Sin embargo, esto provoca el riesgo de que la necesaria vigilancia y observación de las proximidades del barco no pueda desarrollarse durante las 24 horas del día o que, en caso de sufrir un ataque pirata, el número de tripulantes sea insuficiente para hacer frente a un intento de abordaje. Y los medios necesarios para desarrollar la práctica pirata en Somalia no son excesivos: lanchas rápidas enviadas desde barcos, a menudo, previamente secuestrados, fusiles automáticos, lanzagranadas y un GPS para orientarse y localizar barcos en las proximidades.
Otra causa está relacionada con un contexto geopolítico internacional que, con el final de la Guerra Fría, ha dado menos importancia a la presencia de buques de guerra en ciertos puntos estratégicos. La piratería somalí ha cambiado en parte, esta realidad, con la reunión desde finales del año 2008 de la mayor concentración de navíos que se recuerda de las últimas décadas, en este caso, en el Océano Índico occidental.
Asimismo, la ausencia o la indefinición de medidas legales en el Derecho internacional y en los códigos penales de muchos Estados para luchar contra la piratería también impide el desarrollo de una eficaz labor represora: la captura y posterior liberación de presuntos piratas no parece el mejor ejemplo para evitar su proliferación.
Tampoco los desastres naturales parecen ayudar a la maltrecha economía de Somalia. Si en el invierno de 2004 un maremoto originado a miles de kilómetros de distancia originó un tsunami que destruyó buena parte de las escasas infraestructuras pesqueras de la costa oriental somalí, en el verano de 2011 se vivió la peor sequía en el Cuerno del África en 60 años. Cabe reseñar que los efectos del tsunami se hicieron sentir en especial sobre las áreas pesqueras de Puntlandia, región donde se han concentrado buena parte de las bases piratas. Algunos intentos de explicar los cambios en la frecuencia de la piratería haciendo referencia al tsunami de 2004 y la destrucción de medios de vida marítima parecen convincentes.
Otro factor explicativo es que los abultados rescates pagados para recuperar a los barcos y sus tripulaciones, los miles de dólares en manos de cientos de jóvenes somalíes que pueden comprarse casas o vehículos de gran cilindrada con los que mostrar su opulencia, constituyen una oferta que muchos no podrán rechazar.
En resumen, unas causas tienen relación con la situación política interna, fundamentadas en la persistencia de una guerra civil desde hace dos décadas, la corrupción política, la proliferación de armas, la lucha por el control de la ayuda humanitaria internacional y la ausencia de medios para desplegar acciones de vigilancia costera. Y otras correlacionan mejor con factores socio-económicos: la miseria, la ausencia de oportunidades de trabajo alternativas, el expolio durante años de los recursos marinos por parte de flotas extranjeras y la presencia de residuos tóxicos en las aguas somalíes.
Con todo, el Grupo de Supervisión para Somalia de la ONU señala en su informe de 2010 que las causas socioeconómicas y los agravios de las comunidades pesqueras somalíes contra los buques extranjeros que dañan o explotan ilícitamente los recursos marinos somalíes son, en realidad, “factores secundarios y a veces de importancia periférica para comprender y prevenir el fenómeno de la piratería”. Y advierte que las dos bases piratas más importantes, Puntlandia y Somalia central, no se caracterizan por estar próximas a las rutas de navegación marítima ni por su pobreza. La costa de Somalilandia es la más cercana a las rutas de navegación internacionales que pasan por el Golfo de Adén y Bab el Mandeb, por lo que debería ser la zona de operaciones más codiciada por los piratas. Sin embargo, las autoridades de Somalilandia se han mostrado firmes contra la piratería, a pesar de sus escasos medios. No ocurre así en Puntlandia.
El argumento de la pobreza explica sólo una parte del problema, pero no explica por qué la piratería somalí se inició en partes relativamente ricas del país y por qué ha aumentado en Somalia y no en otros países con un alto nivel de pobreza. La piratería parece explicarse mejor por la ausencia de unas instituciones locales fuertes. De ser cierta esta hipótesis, el alivio de la pobreza serviría de poco para reducir la piratería de modo significativo y sólo debe plantearse como una estrategia complementaria a otra que resulta fundamental: el fortalecimiento de las instituciones locales. Los piratas pagan a las autoridades locales y regionales parte de los rescates que obtienen para seguir desarrollando su actividad con impunidad. El factor principal que explica la piratería somalí, además del pago de rescates, es, pues, la corrupción.
©Fernando Ibáñez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario